Carnaval de Arlequín. Joan Miró (1893-1983)

Carnaval de Arlequín. Joan Miró (1893-1983)
1924-1925. Óleo sobre lienzo. 66x93 cm. Albright-knox Art Gallery. EE.UU

martes, 14 de diciembre de 2010

Arte en la punta del lápiz, pero no como imaginas...









 

 


¿Qué os parece? Esto es paciencia... ¿Cuántas puntas se abran roto antes de llegar a conseguirlo?


lunes, 1 de noviembre de 2010

Pintura y música. Otra visión.

Después de observar, también propongo escuchar. A lo largo de la historia, se conoce la amistad entre artistas de diversa índole. Éstos, desarrollaron en alguna ocasión proyectos comunes, en los que se implicaban distintas artes. Este es el caso de Morton Feldman y Rothko.

Os invito a ver unos enlaces al final de la página, en la barra de video.



Pintura y música

Me gustaría inaugurar el blog con una reseña multidisciplinar como es la visión relacionada entre pintura y música. He elegido "Carnaval de Arlequín" de Joan Miró por varios motivos, el más evidente es la temática de la obra, que engloba aspectos artísticos varios como son la música y el entorno carnavalesco del "Teatro de la comedia del Arte", representado en el título con un personaje arquetípico, Arlequín.
Sin profundizar en la obra de Miró y tan sólo analizando el desarrollo creativo de esta obra se pueden determinar conclusiones referentes al estilo personal del autor. El ambiente desordenado de la escena, que llega a ser caótica, enfocándola desde una perspectiva aérea, sin solución de continuidad dentro de un espacio limitado, en la que los objetos y personajes parecen levitar en el caos, presentan más que un lugar, una sensación.
En una estancia, que bien puede ser el estudio de un artista, que podría dedicarse a la música, al teatro o a ambas disciplinas, en la que aparecen instrumentos musicales que recobran vida, que están en continuo movimiento, como las guitarras. Las formas sinuosas recuerdan a instrumentos musicales antiguos como los cuernos, cornetos o serpentones. A la vez hay objetos singulares, que invitan al juego y a la diversión. Las formas geométricas como las esferas, conviven con formas más amorfas. Animales e insectos pululan por la estancia entremezclándose con los objetos. Una escalera que se pierde...
Los colores de esta obra también son interesantes. En un fondo de color neutro, pálido, Miró da importancia a los objetos dotándolos de colores contrastantes, como los primarios, rojo, amarillo y azul, convenientemente distribuídos por el cuadro. La luz que entra por la ventana impacta sobre algunos de los objetos, dando una sensación artificial de la escena.
La sensación general de la obra es la captación de un "instante" de algarabía, de ensayos a puerta cerrada. Es una "fotografía" subjetiva de la actuación, inspirada en Arlequín, en la improvisación de la palabra y del sonido, con connotaciones positivas de humor y diversión.